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Un análisis de Ghaleb Kandil
Los planes estadounidense-turcos en Siria: espejismos e ilusiones

Estados Unidos y Turquía han intensificado su injerencia directa en Siria al reforzar la cantidad, el equipamiento y las prerrogativas de los centros de dirección de operaciones militares. Las declaraciones de los últimos días llevan a pensar que se está preparando una nueva etapa de la agresión contra Siria.

1ro de septiembre de 2012

Las reuniones de concertación entre representantes de Washington y Ankara se producen después de las duras derrotas que el Ejército Árabe Sirio ha infligido a los grupos terroristas en Alepo y en otras reuniones del país donde operan los escuadrones de la muerte, los agentes de la OTAN y los mercenarios financiados por las petromonarquías oscurantistas del Golfo.

En las discusiones desarrolladas en Ankara, estadounidenses y turcos abordaron la intensificación de las operaciones de contrabando de armas y dinero y las formas de mejorar los enlaces y las comunicaciones cifradas entre los centros de dirección de operaciones militares instalados en Turquía y los grupos terroristas en Siria.

El objetivo es mejorar la estructura, la dirección y el desplazamiento de los grupos armados en base a la información que obtenida, a través de imágenes satelitales o de los espías desplegados en el terreno, sobre los movimientos de las tropas sirias, así como su organigrama y métodos de lucha, que siguen siendo un misterio impenetrable para los occidentales y sus ayudantes turcos y del Golfo, sobre todo después de los resultados de las batalles de Damasco y Alepo.

El fuerte tono de los responsables estadounidenses y turcos sobre los acontecimientos en Siria nada tiene que ver con lo que puede oírse en los pasillos y salones diplomáticos. Al citar a altos responsables de Washington y Ankara en cuestiones de seguridad, varios visitantes árabes informan que el proyecto de derrocar al presidente Bachar al-Assad y de negociar las condiciones políticas para una transición, así como los intentos de prolongar la guerra a través de los escuadrones de la muerte, están encontrando grandes obstáculos, no sólo dentro de Siria sino también debido a las posiciones de Rusia y China.

Las realidades demuestran que la fuerza del Ejército Árabe Sirio, su solidez y el apoyo popular con el que cuenta van en aumento mientras que los sucesivos fracasos de las bandas armadas, al igual que sus abusos y sus actos de barbarie, se hacen cada vez más evidentes, y empiezan a aparecer incluso en los medios de prensa occidentales.

La población da muestras de un rechazo cada vez más acentuado hacia los terroristas, muchos de los cuales son yihadistas extremistas extranjeros que siembran el terror en las ciudades y localidades sirias en su empeño por destruir el Estado sirio y hacer volver el país a la situación en la que se hallaba hace 100 años atrás. El sentimiento nacional de pertenencia se ha incrementado en Siria, donde puede verse una vasta movilización en defensa de la patria, evidente incluso a los ojos de observadores y periodistas que están lejos de ser precisamente simpatizantes del poder sirio. La batalla mediática está también prácticamente perdida para las bandas de extremistas que operan dentro de Siria e incluso empieza a notarse cierto cambio en la opinión pública internacional.

Ante estas realidades, los países implicados en la guerra contra Siria han emprendido una operación mediático-sicológica de gran envergadura para tratar de levantar la moral de los grupos armados, diezmados por las enormes bajas sufridas ante el ejército nacional sirio. Los medios de prensa nos inundan de noticias sobre una ofensiva por aquí y otra por allá, sobre la ocupación del 80% de Alepo, etc.

Las autoridades sirias, mientras tanto, ya ni siquiera se toman el trabajo dar respuesta a esas mentiras, sobre todo porque los periodistas que conocen bien el terreno, como el británico Robert Fisk (cuyas críticas implacables contra el régimen sirio son harto conocidas), quien estuvo recientemente en Alepo, también conocen la verdad. Y escriben en sus reportajes y reportes que el ejército nacional sirio ha pasado a la ofensiva en todos los frentes y que las milicias extremistas no logran resistir ante el impetuoso avance de las tropas regulares, que están golpeando con mano de hierro los cuarteles generales, las líneas de aprovisionamiento y las zonas donde se reagrupan mercenarios y yihadistas.

El apoyo de la población –apoyo que ya no logran esconder esos periodistas– se manifiesta en la cooperación que se ha establecido entre militares y civiles, desde que estos últimos han dejado atrás su temor inicial e informan a las tropas sobre los escondites de los terroristas. Sin mencionar además el hecho que numerosos civiles simplemente se han sumado a las fuerzas del ejército para combatir contra lo que ya consideran como una invasión extranjera contra su país.

Al mismo tiempo, las consecuencias de la implicación en Siria del gobierno de «la ilusión otomana» han comenzado a aparecer en Turquía en estas últimas semanas:

- Las declaraciones de carácter confesional de Recep Tayyeb Erdogan, quien habla cada vez más a menudo de «guerra civil» en Siria, amenazan la estabilidad de la propia Turquía, donde se oyen voces de denuncia contra las muestras de sectarismo del primer ministro.

- Con su falta de habilidad, Erdogan ha abierto la caja de Pandora del problema kurdo. La guerrilla kurda, que casi se había desvanecido, está haciendo una vigorosa reaparición en el sudeste de Turquía.

- Turquía, que antes se beneficiaba de los acuerdos económicos con Siria, ve ahora herméticamente cerrado su acceso al hinterland árabe. Las pérdidas registradas por los comerciantes e industriales turcos se elevan ya a miles de millones de dólares.

En ese contexto, los proyectos de creación de zonas tapón o de corredores protegidos en territorio sirio no son otra cosa que simples espejismos, sobre todo porque Siria ha anunciado con toda claridad, a través de la consejera presidencial de visita en Pekín, que consideraría ese tipo de medidas como actos de guerra antes los cuales defendería su soberanía nacional con todas las fuerzas a su disposición. Los estrategas estadounidenses temen que tales proyectos lleven a una gran guerra regional que pondría en peligro la existencia misma de Israel.

El diario británico The Guardian informa sobre el fracaso de las reuniones de concertación entre estadounidenses y turcos, que no lograron una visión común sobre la creación de una zona tapón. Según The Guardian, Estados Unidos advirtió a los turcos en contra de ese proyecto y dejó sentado con toda claridad su rechazo a todo intento de imponer por la fuerza, y fuera del marco de la ONU, algún tipo de zona de seguridad en Siria.

Implicados hasta el cuello en la guerra contra Siria, Estados Unidos, Turquía y las petromonarquías del Golfo ven reducirse su propio margen de maniobra, sobre todo en la medida en que ya han agotado prácticamente todos los recursos que su imaginación les ha llevado a poner en juego con tal de perjudicar a Siria.

Las más recientes gesticulaciones de esta coalición no son otra cosa que los últimos intentos por salvar del fracaso un complot que exige colosales esfuerzos e importantes inversiones. Pero los indicios de su inevitable fiasco saltan a la vista, aunque tengan que pasar aún unos meses más antes de que los conspiradores admitan públicamente su derrota.

Ghaleb Kandil
New Orient News (Líbano)
Jefe de redacción : Pierre Khalaf
Tendances de l’Orient No 97, 27 de agosto de 2012.

Traducción (31.08.2012):
http://www.voltairenet.org/Espejismos-e-ilusiones-de

Enlace con el original en francés (27.08.1012) :
http://www.neworientnews.com/news/fullnews.php?news_id=70362