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Estos textos son la expresión del sufrimiento del que soy testigo. El sufrimiento de un pueblo golpeado por una inmensa injusticia. Víctima -no reconocida - de un Estado que puede cometer exacciones impunemente gracias, sobre todo, al apoyo de organizaciones judías que desde hace 60 años desinforman a la opinión pública, manipulan los hechos, denigran a los árabesy a los musulmanes, vilipendian a los periodistas y a los testigos que dicen verdades ocultas sobre Israel, o incluso intervienen ante los medios de comunicación y los políticos para acallar las críticas.
Cuanto más avanzo más constato con amargura que existen dos mundos separados que miran lo mismo pero no lo ven con los mismos ojos.
Por un lado, simples personas, humildes, dotadas de una conciencia y que al ver las armas destruir países y pueblos enteros - en Iraq, en Palestina, en Afganistán – se sienten conmocionadas y rechazan estas políticas de agresión.
Por otro lado, autoridades cínicas – pero también simples ciudadanos sumidos en la confusión – sometidas a Israel y Estados Unidos, que no escuchan la voz de la conciencia y parecen acomodarse a estas guerras crueles y ser indiferentes al sufrimiento que generan.
En los peores momentos de desánimo, ha sido en el contacto con las víctimas – a las que, sin embargo, yo era incapaz de socorrer – donde he encontrado a personas que han sabido reconciliarme con el mundo.
Tenemos el deber de dar testimonio, tenemos la obligación de decir no a los crímenes cometidos por los ejércitos contra personas indefensas.
A pesar de sus puntos débiles, Internet es por el momento un lugar en el que se pueden expresar las protestas y encontrar un amplio eco. Un espacio que permite a quienes son solidarios con las víctimas descubrir las verdades que ignoran los medios de difusión; y que nos ofrece la alegría de descubrir tesoros insospechados.
Así, en el curso de los últimos años de guerras ilegales, hemos visto aparecer a través de los continentes a personas sinceras y desinteresadas que gracias a Internet se han puesto a actuar, a difundir informaciones, a escribir, a traducir artículos, a crear redes, para decir no a que el mundo se vuelva salvaje.
Las fotos del friso de la página de inicio son del fotógrafo palestino Alaa Badarneh.
Silvia Cattori
Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos
Me siento muy conmovida cada vez que descubro que personas a las que no conozco dedican su tiempo a traducir uno u otro de mis textos. Quiero expresarles mi agradecimiento.
En esta página web, todavía en construcción, sólo hay una pequeña parte de los escritos consagrados -entre 2002 y 2007- al aplastamiento de Palestina.